Cómo realizar un mantenimiento preventivo efectivo en una construcción
- Emanuel Vega
- 21 oct 2024
- 5 Min. de lectura

El mantenimiento preventivo es una de las claves para garantizar la durabilidad, seguridad y funcionalidad de una edificación a lo largo del tiempo. Consiste en inspecciones y reparaciones periódicas que tienen como objetivo identificar y corregir posibles fallas antes de que se conviertan en problemas graves. Un programa de mantenimiento preventivo bien diseñado no solo prolonga la vida útil de una construcción, sino que también reduce los costos asociados con reparaciones mayores y aumenta la seguridad de los ocupantes.
1. Importancia del mantenimiento preventivo en una construcción:

Implementar un programa de mantenimiento preventivo en una edificación es fundamental por varias razones:
Prolongación de la vida útil: El cuidado regular de las instalaciones y los componentes estructurales puede extender significativamente la vida útil de una construcción, evitando el deterioro prematuro de materiales y sistemas.
Reducción de costos: Las reparaciones correctivas o de emergencia suelen ser mucho más costosas que las acciones preventivas. El mantenimiento regular ayuda a evitar reparaciones mayores y prolongadas.
Mejor rendimiento de los sistemas: Los sistemas eléctricos, de climatización y fontanería, entre otros, funcionan de manera más eficiente cuando se someten a un mantenimiento periódico.
Seguridad y confort: Un mantenimiento adecuado ayuda a prevenir fallos que podrían comprometer la seguridad de los ocupantes, como incendios eléctricos o fugas de agua, y mejora el confort en el día a día.
2. Áreas clave de mantenimiento preventivo en una construcción:

a) Instalaciones eléctricas:
Las instalaciones eléctricas son uno de los elementos más críticos en cualquier edificación, tanto desde el punto de vista de la seguridad como de la funcionalidad. Un fallo en este sistema puede derivar en riesgos graves, como incendios, o en una interrupción significativa de las operaciones diarias.
Frecuencia de mantenimiento: Se recomienda realizar una inspección anual de las instalaciones eléctricas para verificar el estado de los cables, interruptores, tomas de corriente y demás componentes.
Qué revisar:
Tableros eléctricos: Verificar conexiones sueltas, signos de sobrecalentamiento y funcionamiento correcto de los interruptores diferenciales y fusibles.
Cableado: Inspeccionar el estado del cableado en busca de desgastes, daños visibles o señales de corrosión.
Sistemas de iluminación: Reemplazar bombillas defectuosas y limpiar luminarias para evitar un mal rendimiento.
Consejos adicionales:
Mantener un registro de las reparaciones o actualizaciones del sistema eléctrico.
Revisar las conexiones de tierra para evitar sobrecargas y garantizar la seguridad.
b) Sistemas de fontanería:
La fontanería es un área que puede generar grandes inconvenientes si no se le presta la atención adecuada. Fugas de agua, baja presión y tuberías obstruidas pueden afectar la funcionalidad del edificio y causar daños estructurales a largo plazo.
Frecuencia de mantenimiento: Las inspecciones preventivas de los sistemas de fontanería deben realizarse cada 6 meses.
Qué revisar:
Tuberías: Verificar la existencia de fugas visibles, corrosión o señales de humedad en paredes o techos.
Sistemas de drenaje: Asegurarse de que los desagües y tuberías de desagüe funcionen correctamente y estén libres de obstrucciones.
Grifos, válvulas y sanitarios: Revisar el estado de los grifos, válvulas de cierre y sistemas de agua caliente, así como posibles fugas en inodoros y tanques.
Consejos adicionales:
Si se detectan tuberías con corrosión, es recomendable considerar una sustitución antes de que ocurra una fuga importante.
Realizar limpiezas periódicas de los drenajes para evitar bloqueos mayores.
c) Techos y cubiertas:
El techo es una de las primeras líneas de defensa contra los elementos exteriores, por lo que su mantenimiento regular es esencial para evitar filtraciones, acumulación de humedad y otros problemas estructurales que pueden afectar al edificio.
Frecuencia de mantenimiento: Se recomienda una inspección anual del techo, especialmente antes y después de la temporada de lluvias, o tras fenómenos meteorológicos severos como tormentas o granizo.
Qué revisar:
Tejas o paneles: Verificar que no haya tejas sueltas, rotas o desplazadas, y asegurarse de que los paneles metálicos no presenten signos de corrosión.
Filtraciones: Revisar señales de filtraciones en el interior del edificio, especialmente en los áticos o techos interiores.
Canalones y desagües: Asegurarse de que los canalones estén limpios y sin obstrucciones para permitir el adecuado flujo de agua.
Consejos adicionales:
Reparar de inmediato cualquier daño visible para evitar que se agrave y ocasione problemas más costosos.
Realizar una limpieza regular de las hojas y escombros que se acumulen en las cubiertas y desagües.
d) Sistemas de climatización (HVAC):
Los sistemas de climatización, que incluyen la calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC), son críticos para mantener el confort dentro de un edificio. Un mal mantenimiento puede no solo aumentar los costos energéticos, sino también reducir la vida útil del equipo.
Frecuencia de mantenimiento: Los sistemas HVAC deben ser inspeccionados y mantenidos al menos una vez al año, idealmente antes del inicio de la temporada de calor o frío, según el clima de la región.
Qué revisar:
Filtros de aire: Limpiar o reemplazar los filtros de aire cada 1-3 meses para garantizar un funcionamiento eficiente del sistema y evitar la acumulación de polvo.
Conductos de aire: Verificar que los conductos no tengan obstrucciones y que no haya fugas de aire que puedan reducir la eficiencia del sistema.
Unidades exteriores e interiores: Inspeccionar las unidades exteriores para eliminar escombros, hojas y suciedad que puedan obstruir el ventilador o las rejillas, y asegurarse de que las unidades interiores estén libres de polvo.
Consejos adicionales:
Considerar la contratación de un profesional certificado para realizar el mantenimiento de los sistemas HVAC, ya que estos son complejos y requieren conocimientos técnicos.
Mantener registros detallados de los servicios y reemplazos realizados en el sistema de climatización.
3. Otras áreas importantes para el mantenimiento preventivo:

a) Puertas y ventanas:
Las puertas y ventanas son responsables no solo de la seguridad, sino también de la eficiencia energética del edificio. Las grietas y sellos deteriorados pueden permitir la fuga de aire caliente o frío, aumentando los costos de calefacción y refrigeración.
Frecuencia de mantenimiento: Se recomienda revisar las puertas y ventanas una vez al año.
Qué revisar:
Sellos y burletes: Verificar que los sellos no estén deteriorados y que los burletes proporcionen un cierre hermético.
Herrajes: Revisar que los herrajes, bisagras y cerraduras funcionen correctamente, y lubricarlos si es necesario.
b) Pintura y revestimientos:
Los revestimientos exteriores y la pintura no solo mejoran la estética del edificio, sino que también proporcionan protección frente a la humedad y los rayos UV, que pueden deteriorar la estructura con el tiempo.
Frecuencia de mantenimiento: Se recomienda revisar y repintar las áreas expuestas cada 5-7 años, o antes si se detecta descascarillado, decoloración o formación de moho.
c) Ascensores y sistemas mecánicos:
En edificios con ascensores, estos sistemas requieren mantenimiento periódico para garantizar la seguridad de los ocupantes.
Frecuencia de mantenimiento: Se deben seguir las recomendaciones del fabricante, generalmente con inspecciones mensuales o trimestrales por parte de personal técnico especializado.
4. Cómo implementar un plan de mantenimiento preventivo eficaz:

a) Crear un calendario de mantenimiento:
El primer paso para implementar un programa de mantenimiento preventivo es crear un calendario que detalle cuándo deben realizarse las inspecciones y tareas de mantenimiento para cada área del edificio. Un calendario bien organizado evitará que se pasen por alto tareas críticas.
b) Documentación y seguimiento:
Es importante mantener un registro detallado de todas las tareas de mantenimiento realizadas, incluyendo la fecha, el tipo de servicio, las piezas reemplazadas y los costos involucrados. Esto no solo facilita el seguimiento del estado de cada sistema, sino que también proporciona un historial que puede ser valioso para futuras reparaciones o ventas de la propiedad.
c) Contratar a profesionales especializados:
Si bien algunas tareas de mantenimiento pueden realizarse de manera interna, es fundamental contratar a profesionales certificados para áreas clave como la electricidad, climatización y ascensores, ya que un error en estos sistemas puede tener consecuencias graves.
Conclusión:
El mantenimiento preventivo es un pilar fundamental en la conservación y durabilidad de cualquier edificación. Siguiendo una planificación adecuada y realizando inspecciones regulares en las áreas críticas como las instalaciones eléctricas, fontanería, techos y sistemas HVAC, es posible evitar costosos problemas a largo plazo, asegurar la eficiencia energética y garantizar la seguridad de los ocupantes.